Descripción de un paisaje
Nunca antes conocí tanta belleza de un solo vistazo. La vegetación extraordinaria, la fauna adorable y las cataratas… imposible describirlas con una palabra. Me encuentro en las cataratas de Iguazú y ahora entiendo porque es una de las siete maravillas del mundo. Enormes cascadas blancas descienden en caída salpicando las pequeñas gotas extraviadas. A su alrededor predomina el verde selvático: grandes palos rosas se alzan al cielo, largas lianas se enredan entre los palmeros y pequeños coatís juguetean entre ellos aprovechándose de la comida de los turistas más distraídos. Por desgracia, la intrusión humana ha deteriorado parte de la vegetación furtiva, pero aun habiendo vallas oxidadas, largas pasarelas que cruzan el río arruinándote la foto y cientos de merenderos en un sin sentido, sigue siendo una de las siete maravillas.
Descripción de un compañero
El primer día que le vi pensé que nunca congeniaría con una persona tan introvertida y paradita, pero cuantos más profesores pasaban por clase, más se esforzaba por darse a conocer. De alta estatura y rasgos marcados, Christian es una persona formal y sensata en su génesis. Sus ojos azules, rubia cabellera y blanca tez muestran la prudencia que debe existir en una persona, pero solo el escuchar de su risa, denota la picardía, inteligencia y salero que tendrían que tener más personas. Si le preguntan en clase lanza una tímida mirada al frente y con voz firme y varonil contesta velozmente, en cambio, si le pregunta un amigo te puedes tirar una eternidad riéndote de las deducciones tan equilibradas y graciosas que arma. Sus atuendos pasan desapercibidos, pero manteniendo siempre una elegancia acorde con su temperamento.
Descripción de uno mismo
Mi abuela cuando me veía decía: pero que guapo que es mi niño; pero ya se sabe de las abuelas. Soy una persona tímida al comienzo del camino pero extrovertida a la meta. Alto como un ciprés aunque delgado como un palo de bambú. Si tuviese que alzar una cualidad mía seria la sinceridad, sin embargo muchas personas me han costado. Mi piel morocha, a juego con mis ojos y el cabello, o lo que queda, muestra simpatía y tolerancia. Por el contrario, mis gruesos labios impiden darme a conocer en las primeras citas. Reservado y guardado como un ropero soy, pero queriéndome conocer alegrías, risas y entretenimiento doy. Nadie diría que voy elegante, pero al menos combino la ropa como mariposas sus alas. Constancia y trabajo es mi cantico a la mañana, aunque la roca de la pereza, que cargo a mi espalda, se apodera de mí en ocasiones.
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